El primer día que llegué a la ENST Bretagne recuerdo que no pude subir la maleta por el montacargas porqué la puerta estaba atada con candado. Cuando Abreu, el encargado de relaciones internacionales con España y Latinoamérica, preguntó a uno de mis futuros vecinos de residencia, por qué no se podía subir nada por allí, su respuesta me dejó atónita en su momento: "En la última fiesta unos se montaron en el montacargas borrachos y uno de ellos se quedó encerrado dentro. No consiguieron sacarle hasta al cabo de unas horas." Será por el paso por la ENST, por la edad, por las experiencias vividas con los Sps, el caso es que anécdotas como estas ya no sólo no me dejan perpleja sino que me parecen divertidas y a veces me gustaría, quizá no siempre vivirlas, pero desde luego sí presenciarlas. Con mi pequeña participación al blog de Lerdo, me gustaría dejar constancia de que según que cosas no ocurren sólo en la ENST Bretagne o en Brest sino un poco más lejos, en Bruselas o en Brujas o en Ostende o en los trenes viajando entre ellas.
Unos cuantos SpS delante del Manneken Pis
No recuerdo exactamente de quién fue la idea de ir a Bélgica. Había varias propuestas y casi cada noche nos reuníamos en el aula "el Tiro" para votar, discutir, pelearnos, navegar por internet o flirtear según la persona. El caso es que transcurridos varias soirées y varios mapas de Europa ligeramente desfigurados, nos decidimos por el país de la Comisión Europea y las patatas fritas. La decisión principal ya estaba tomada. Sólo quedaba comprar los billetes y reservar el alojamiento (se había decidido sin dificultades que dormiríamos en Bruselas y Brujas). En un capítulo anterior, Samuel ya habló de lo poco respetuosos que fueron algunos de los Sps en el momento de ir a comprar los billetes para con los demás. Como me cuento entre esos cazamariposas no tiraré piedras sobre mi tejado y me limitaré a confirmar la veracidad de los hechos. Por suerte (y rabia de algunos) conseguimos sacar nuestros billetes al igual que nuestros compatriotas. La reserva de los albergues se hizo casi en un abrir y cerrar de ojos. Ya estabamos todos preparados para realizar el viaje del Erasmus.
Neus
4 comentarios:
uy uy uy, espero que este cambio de narrador no cambie la historia o censure anecdotas como: "coño, si hay guarrillas" o "donde estoy, como he llegado aqui y porque me duele la boca?" y demas burradas/barbaridades que acontecieron en el viaje.
no no, tranquilo que se va a respetar todo, aunque parece que por no herir sensibilidades no habrá una foto del OTRO Manneken de la ciudad... :(
buuuuuuuhhh, fueraaaaaa, queremos la foto del manneken pajas!!
Nota: por si no os dáis cuenta, he hecho la introducción que faltaba a esta gran escritora, jeje.
Buena lectura!
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