martes, 25 de septiembre de 2007

Saint Malo y Cancale


Tras pasar el día en el monte llegamos a Saint Malo, donde nos esperaban el Sevi y su novia, con los que fuimos a cenar a una pizzería. La liamos algo, todo hay que decirlo. Normal, si tienes a Fer sirviendo pastis triples antes de probar bocado no esperes tenernos ahí callados en plan angelitos de la caridad. La noche no fue nada del otro mundo, caminata hasta los pubs, nueva taja de las ardillas, risas, kebap y huida de un vagabundo borracho (nadie sabe ni por qué nos perseguía ni por qué corrimos. Cosas que pasan).


El domingo, tras dormir tres horas y algún que otro problema para abandonar el albergue, visitamos Cancale, un pueblecito al lado del mar conocido por su puerto y sus ostras (que a parte de ser afrodisíacas están de pell de piu), por que la verdad es que no tiene mucho más. En la imagen podemos ver a Ruru haciéndose fotos chupando las ostras con la mirada pervertida, cada loco con su tema. Y como le dijo dijo Julen, "Cuando llegues a casa Radu va a cagar fuego". No sé al final qué pasó esa noche... :P

Vaya ración de ostritas... "con proteínas, chavales"

Aunque mejor aún fue la conversación (+25, como de costumbre) del gran Hismak con Ruru:
Isma: Estoy dos años en Lannion, sin salir, ahorrando y mazándome a muerte, y a los dos años tengo la ingeniería, el coche, y estoy supermazado, y a partir de ahí a pillar las mejores tías.
Ruru: Te sale más rentable juntarte a una fea y pagarle la operación, que es lo que haré yo.
Los dos: Vale, y después intercambiamos la guapa y la fea operada y nos hacemos amantes de la del otro.

Imagen de la muralla que protege la ciudad de Saint Malo

Por la tarde hicimos turismo por el casco antiguo de Saint Malo (de lo mejor que vimos en todo el fin de semana), la muralla y las playas, donde nos cayó la de Bosnia en forma de agua. Aún nos quedaba coger el tren hasta Rennes y de vuelta a Brest. Así acababan 48 horas de lo más moviditas, que nos sirvieron para conocer un poco mejor a los nuevos SpS.

Agunos hicimos un poco de "cazamariposas" durante el fin de semana

lunes, 24 de septiembre de 2007

Saint Michel


Alla por el mes de febrero, ya con los fichajes de invierno (los catalanes Fran y Óscar), y sin los chilenos, de vuelta a su país, decidimos hacer un pequeño viaje de fin de semana por el norte de la Bretaña. Algunos teníamos trabajos o exámenes que hacer, otros habían acabado los exámenes en ese momento y estaban fuera... El caso es que esta vez fuimos "sólo" 10. Mucha gente nos había recomendado la zona y decidimos ir a pesar del mal tiempo. Lo planificamos rápidamente y conseguimos un par de habitaciones múltiples en un albergue en Saint Malo para pasar la noche del sábado.

Vista del Mont Saint Michel desde la Abadía

Llegó la noche del viernes y nadie quiso perderse una liada más en el foyer. A pesar de que había que levantarse a las 5 de la mañana pocos faltaron a la cita. Llegadas las 6.00, hora a la que estaban pedidos los taxis, dos ardillas aparecen aún tajadas y sin dormir: Fer y Hadrien. ¡Vaya dos! Fer dio todo un recital en el tren:
- ¿Pa qué coño paran en Saint Brieuc? ¡Esto es una mierda de pueblo! ¿Paran aquí para que se baje sólo un tío? Vamos hombre. ¡Llévenme a Saint Malo! ¡¡¡Cabroneeeeees!!!
- El próximo billete me lo voy a comprar para el vagón-bar.

Las ardillas dejaron su sello en su paso por el monte

Además, ahí fue cuando se popularizó la frase. "Estoy más jodido que una ardilla" con sus variantes "estoy más jodido que una rata con quimioterapia" o "una rata con alopecia". La verdad es que Fer ya no sabía lo que se decía. Llegamos a Rennes y vimos a unos vagabundos sentados en la acera:
- Hadrien, regard ça!! Ils ont de l'alcohol et des chiens. Et nous, on a du pastis. on va s'amuser.*
Aunque lo peor de todo fue en el bus de camino al Mont St Michel. Llamó a varios de los SpS que se habían quedado en Brest para despertarlos (debían ser como las 10 de la mañana después de una taja) con el objetivo de hablar con Alberto, que no estaba en su habitación: "si no, no veo el monte".


Y faltaba la traca final.

Neus y yo, todo unos gruñas, después de reservar por internet noche en el albergue, nos olvidamos de apuntar la dirección. Ni siquiera el nombre! Ella llamó a su madre para que le mirara el correo y no se le ocurre otra cosa que darle el teléfono a Fer. ¡La que lió! El figura, aún bajo los efectos del alcohol, le dijo: "Oiga, que su hija se toca los cojones a dos manos con el proyecto, Gorka y yo estamos cagando fuego. Su hija se taja todos los días, va de empalmada a clase o no va y le tenemos que firmar... No sale del foyer."


El fin de semana no había hecho más que empezar y ya prometía.


Llegamos a St. Michel. ¡Vaya petardazo de monte! ¿Dónde está el agua que le rodea? ¿No era una montaña en el medio del mar, a la que se accede por un camino? ¿Y eso de que si sube la marea la gente se queda atrapada dentro? No os creáis nada. Puede que antes haya sido así, pero desde luego hoy no. De hecho el gobierno francés tiene previsto un proyecto "de gran envergadura" para quitar toda la arena de allí y que vuelva a estar rodeado de mar. Arenas que, según el Sevi, son movedizas y su novia intentó meterse. Illo, ¿Qué le habías hecho? :P

Así acabaron Fer y Hadrien tras haber trasnochado

[continuará]

*La frase de Fer en español sería: "¡Mira eso! Tienen alcohol y perros. Y nosotros el pastis. Vamos a divertirnos"